Consiste en la donación de fondos que no obliga su reembolso a los países receptores, y les permite a través de dichos fondos adquirir equipos, construir obras de infraestructura, para enfrentar sus retos de desarrollo.
Esta importante obra permite a Japón apoyar los esfuerzos de los gobiernos de El Salvador y Honduras en función de la integración Centroamericana, la cual requiere un sistema de transporte competitivo y eficiente que permita aprovechar la estratégica ubicación geográfica de la Región. El Puente de la Amistad situado sobre el río Goascorán, y con un monto que alcanza los $11.2 millones ($6.5 millones para El Salvador y el monto restante para Honduras), fue edificado con el fin de agilizar el intercambio comercial, flujo de carga y de personas en la zona fronteriza de El Amatillo. Este esfuerzo de cooperación del Gobierno del Japón se enmarca en el “Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica” y es, junto al Puerto de la Unión, uno de sus principales componentes.