Programas de Capacitación

MI EXPERIENCIA EN JAPÓN, UNA CULTURA CAUTIVANTE.
Por: María Emilia Álvarez Lezcano,
Asesora de Inteligencia de Negocios del REDIEX-MIC

Este año fui beneficiada con una beca otorgada por la JICA en el marco del Programa de Co-Creación de Conocimientos y participé del curso "Estrategia promoción de exportaciones orientada a los mercados desarrollados y estrategia de marketing", estuve en el sur de Japón en la ciudad de Kitakyushu desde el 17 de enero al 20 de febrero.

Tuve la oportunidad de hospedarme en el Centro de JICA Kyushu, donde todas las personas como los encargados de recepción, del restaurante, de la limpieza, así como las autoridades y los capacitadores demostraron la hospitalidad de Japón en su máximo esplendor.

En Kitakyushu, la ciudad donde pasamos la mayor parte de la estadía, sólo se hablaba japonés, nadie hablaba español ni tampoco inglés, no es una ciudad caracterizada por muchas visitas turísticas. Gracias a los cursos de japonés básico, que fueron parte del programa del curso, pude desenvolverme muy bien por la ciudad y vivir la verdadera cultura de Japón.

Las personas son muy amables, siempre dispuestas a ayudar, son detallistas y siempre tratan de que te sientas a gusto. La disciplina, honestidad y puntualidad no es algo que deban hacer por obligación, sino que es la esencia de su cultura en sí, la transmiten de generación en generación y se ve reflejada en toda la sociedad.

Junto con mis compañeros latinoamericanos de Bolivia, Perú, México, Nicaragua, Ecuador y República Dominicana tuvimos la oportunidad de conocernos y construir fuertes lazos de amistad, hemos compartido tanto horas de estudio como horas inolvidables de diversión. Pudimos conocer varias ciudades de la prefectura como Kokura, Shimonoseki, Mojiko, Fukuoka, como así también viajar por primera vez en "shinkansen" (tren bala) para visitar otras ciudades un poco más lejanas como Kyoto y Hiroshima, así como poder conocer la nieve por primera vez.

El programa del curso contemplaba cinco días en Tokyo, durante los cuales tuvimos la oportunidad de conocer una de las ciudades más impresionantes del mundo. Es inexplicable, hasta que se puede experimentar por sí mismo. Como estaba programado, visitamos varias empresas y también pudimos subir al Tokyo Sky Tree, una de las estructuras más altas del mundo.

Una de las cosas que más me sorprendió de Japón es que es un país inclusivo, todo está adaptado para personas con capacidades diferentes, también me sorprendió al alto grado de tecnología que uno ve por todos lados, todo es tan diferente a mi país, y a cualquier otro país que he visitado. En cuanto a la seguridad, no se vive con el miedo de que roben la cartera ni las maletas, y las medidas de seguridad no son necesarias ya que todo se desarrolla en el marco del respeto y la honestidad.

No puedo dejar de mencionar que la comida cautivo mi paladar con exquisiteces que uno puede encontrar en cada rincón del país, y demás está decir que hay que estar dispuesto a probar nuevos platos para saber apreciar la cultura culinaria de otros países.

Toda esta experiencia fue una oportunidad única, que me permitirá poder transmitir los conocimientos adquiridos con base en la experiencia de Japón, en mi trabajo del día a día, en la institución de gobierno de mi país encargada de la promoción de las exportaciones, donde me encuentro trabajando actualmente. No tengo palabras para agradecer todo el apoyo brindado por parte de JICA, desde la preparación previa al viaje, el acompañamiento en los aeropuertos, la despedida, todo, pero absolutamente todo.

Japón te atrapa, hasta el punto de que te brotan las lágrimas cuando llega la hora de regresar, pero uno vuelve amando Japón, tratando de transmitir la esencia de la cultura japonesa y deseando volver pronto, volver siempre.