[8 de marzo Día Internacional de la Mujer] Apoyo a las mujeres que quedaron atrás en la pandemia de COVID-19: Iniciativas en Bolivia e India de ayuda a empresarias y prevención de la violencia doméstica
2022.03.08
La propagación del COVID-19 está teniendo un gran impacto en distintas partes del mundo en muchas personas. Entre ellas, mujeres y niñas, que a menudo se encuentran en una posición vulnerable, perdieron sus medios de subsistencia y se ven cada vez más afectadas por la violencia doméstica, lo que pone en peligro su vida cotidiana.
JICA puso en marcha 11 proyectos en 10 países para resolver los problemas de género en medio de la crisis de COVID-19. En la actualidad, JICA escucha las voces de mujeres y niñas en su lugar de residencia para comprender las graves situaciones que enfrentan, y está tomando medidas para mejorarlas. Entre estas iniciativas, este artículo presentará un proyecto de Bolivia que se propone adquirir tecnología digital para aumentar los ingresos de mujeres empresarias que trabajan en micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), y un proyecto de la India destinado a prevenir la violencia doméstica en toda la comunidad.
(Izquierda) Una mujer boliviana utilizando tecnología digital en su negocio
(Derecha) En la India, se prepara a las mujeres para buscar ayuda si son víctimas de violencia doméstica
En Bolivia, cerca del 80% de las microempresas con cuatro o menos empleados son operadas por mujeres. Las que vendían productos y alimentos en la calle y en pequeñas tiendas tuvieron que cerrar y perdieron oportunidades de ingresos.
Una mujer fabricando y vendiendo artículos de cuero. En Bolivia, el 80% de las microempresas son dirigidas por mujeres
En Bolivia, donde casi todo el mundo posee un smartphone, la Oficina de JICA lanzó una plataforma de educación digital para ayudar a estas mujeres a aprender a utilizar la tecnología digital en sus negocios. A través de un video, adquieren conocimientos sobre las cinco áreas clave necesarias para desarrollar un negocio con tecnología digital, como la "banca digital" y el "marketing en redes sociales".
Vídeo en la plataforma de educación digital
A continuación, aparecen algunos de los comentarios recibidos de las aproximadamente 1.500 propietarias de microempresas que adquirieron conocimientos digitales a través de esta plataforma.
"No sabía qué hacer cuando la prolongada cuarentena redujo mis ingresos a cero. Gracias a lo que aprendí en esta plataforma de educación digital, pude utilizar mi smartphone y expandir mi negocio."
"Creo que ahora puedo ganar más dinero que antes. Mucha gente utiliza las redes sociales, así que creo que este método de venta satisface sus necesidades."
"Antes tenía miedo de utilizar las redes sociales para los negocios, pero ahora que adquirí los conocimientos correctos, me siento segura al utilizarlas."
"Pude conectarme con personas que hacen negocios de forma digital, y eso me dio coraje".
En colaboración con una start-up boliviana, este proyecto también desarrolló una app de búsqueda de empleo que permite a cualquier persona encontrar trabajo de forma segura, dirigida a las mujeres jóvenes del sector de servicios, donde la situación de empleo se está deteriorando por la crisis de COVID-19. A través de esta aplicación, los usuarios también tienen acceso a la plataforma de educación digital, que asiste a más mujeres para que adquieran conocimientos digitales y desarrollen sus propios negocios.
Carmen Silva, funcionaria nacional a cargo de esta serie de iniciativas en la Oficina de JICA Bolivia, dijo: "Dándoles apoyo a mujeres bolivianas emprendedoras y técnicas a través de la capacitación online, proporcionándoles habilidades relacionadas con el uso y manejo de la tecnología, e información sobre la inclusión financiera, también contribuimos a desarrollar su espíritu empresarial. Pudieron aumentar sus ingresos, lo que les permitió sostener económicamente a sus familias en la pandemia". Y por otro lado, con miras a iniciativas futuras agregó, "todavía falta la implementación de políticas públicas para desarrollar capacidades como la inclusión financiera para la independencia económica de las mujeres".
Personal de JICA y miembros de un grupo de apoyo que facilitó la asistencia a mujeres empresarias en Bolivia. La cuarta desde la derecha es la funcionaria nacional de la Oficina de JICA en Bolivia, Carmen Silva
En la India, donde existe la violencia sexual y de género (VSG), el matrimonio infantil, el matrimonio forzado, la violencia doméstica y la violación, se observó un aumento de actos de violencia perpetrados contra mujeres y niñas como consecuencia de la pandemia de COVID-19.
El número de consultas y denuncias de violencia doméstica recibidas por la línea de ayuda de la Comisión Nacional de la Mujer (NCW) en India se multiplicó por 2,3 respecto de la semana anterior y posterior a la cuarentena. Se dice que la violencia es inducida cuando la familia pasa más tiempo junta por las restricciones de movilidad, y por el estrés que causa el desempleo y la inseguridad financiera del esposo. Además, el hecho de que la violencia contra las esposas se tolere cuando los maridos piensan que ellas no se ocupan bien de la familia es otro factor que contribuye a la alta incidencia de violencia doméstica.
En estas circunstancias, el proyecto se inició con el apoyo del Centre for Youth and Social Development (CYSD) (Centro para la Juventud y el Desarrollo Social), una ONG del estado de Odisha, en el este de la India, que capacita a voluntarios para prestar asistencia en circunstancias de violencia sexual y de género, de modo que las mujeres que han sido víctimas puedan pedir ayuda. A estos voluntarios se les llama "guerreros de la violencia de género".
En cada una de las 90 aldeas del estado, se seleccionan cuatro guerreros contra la violencia sexual y de género, hombres y mujeres, entre los residentes locales. Además de haber recibido formación sobre cómo prestar apoyo a mujeres víctimas de la violencia, los guerreros de la VSG comparten entre ellos información sobre cómo responder a la situación y mantienen debates periódicos sobre las soluciones. Además, se han creado mesas de ayuda en cada pueblo para proporcionar a los residentes información sobre la violencia sexual y de género y guías de prevención.
Guerreros contra la violencia sexual y de género en una reunión en un centro de ayuda
El resultado es que cada vez hay más acciones comunitarias para prevenir la violencia sexual y de género. Por ejemplo, está el caso en que "los guerreros contra la violencia sexual y de género convencieron a un marido de que la violencia contra su mujer es un delito y no debe volver a perpetrarla. Ahora, gracias a las advertencias y el seguimiento de los guerreros contra la VSG, la violencia cesó". "Cuando la línea de ayuda recibió la denuncia de un residente de que una niña de 15 años se iba a casar, los guerreros de VSG visitaron la casa del hombre con el que se iba a casar y le explicaron que el matrimonio de menores de 18 años está prohibido por ley. Los padres de la niña firmaron un documento en el que afirmaban que no permitirían que su hija se casara hasta que cumpliera los 18 años".
Mujeres capacitándose para convertirse en guerreras contra la violencia sexual y de género
Asimismo, gracias a la formación de hombres como guerreros contra la VSG y a su involucramiento en la protección de las víctimas, muchos más hombres están actuando ahora contra la VSG y promoviendo la igualdad de género.
Un guerrero contra la violencia sexual y de género y líder comunitario de 20 años dice: "La violencia contra las mujeres era muy común y yo quería ayudar, pero no tenía idea de cómo hacerlo. Sin embargo, cuando empecé a participar como guerrero contra la VSG, aprendí específicamente cómo asistir a las víctimas y pude ponerlo en práctica. Me gustaría seguir con esta actividad".
Gracias a las iniciativas de la comunidad internacional hasta el momento, la disparidad de género en la sociedad se redujo considerablemente. A pesar de ello, en muchos países siguen existiendo prácticas y leyes discriminatorias basadas en género, y las mujeres no tienen plenas oportunidades de participar en igualdad de condiciones con los hombres en las decisiones que afectan a sus vidas. Por ejemplo, incluso antes de la COVID-19, 129 millones de niñas en todo el mundo no asistían a la escuela, y se estima que 250 millones de niñas se casaron antes de los 15 años (Nota 1).
Esta situación se hace cada vez más evidente a medida que la COVID-19 se va extendiendo. Además, las consecuencias sociales y económicas son cada vez más graves, ya que 11 millones de niñas perdieron sus oportunidades de educación y 45 millones de mujeres quedaron sin trabajo. Este estudio también reveló que la tasa de desempleo es más alta en mujeres que en hombres en cada país, y la violencia doméstica aumentó un 30% (Nota 2).
JICA estableció cinco áreas prioritarias, a saber: (1) Empoderamiento económico de la mujer, (2) Derechos y seguridad de la mujer, (3) Educación y salud de la mujer a lo largo de la vida, (4) Gobernanza con perspectiva de género y (5) Infraestructuras con perspectiva de género, especialmente para mejorar la vida de la mujer. Después de analizar los problemas que rodean a mujeres y niñas, pondremos en marcha iniciativas eficaces para mejorar su capacidad de realizar su potencial, para transformar las instituciones y los sistemas, y para cambiar la actitud y comportamiento de las personas.
Basándonos en los resultados de estos 11 proyectos en 10 países, seguiremos centrándonos en la eliminación de la violencia sexual y de género, que se convirtió en un problema grave en muchos más países. Estas iniciativas son esenciales para superar el impacto de diversas crisis, no sólo la de COVID-19, y para lograr una sociedad resiliente a todas las crisis y en la que todos puedan vivir con comodidad.
Nota 1
Nota 2
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