El legado aspiracional de OGATA Sadako, y el estado de la seguridad humana en la actualidad
2022.06.21
El 20 de junio es el Día Mundial del Refugiado. Este día se instituyó para centrar la atención en las necesidades de aquellos que se ven obligados a convertirse en refugiados por conflictos u otras circunstancias desafortunadas. El apoyo de JICA a los refugiados se basa en la "seguridad humana", un concepto que fue defendido por la difunta OGATA Sadako, que fue Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, así como presidenta de JICA. Preguntamos a dos personas, que han heredado las aspiraciones de OGATA Sadako, su opinión sobre cómo se puede transmitir y aplicar la seguridad humana en la actualidad cuando se enfrentan a nuevas amenazas como las enfermedades infecciosas y las invasiones militares.
"La protección de la vida, los medios de subsistencia y la dignidad de todos y cada uno de los individuos, y pensando no sólo en nosotros mismos, sino también en los demás. Esa es la sencilla definición de 'seguridad humana'".
MAKINO Koji, Director General del Instituto de Investigación para la Paz y el Desarrollo Ogata Sadako de JICA, ofrece una descripción sucinta del significado de "seguridad humana", una idea que puede ser difícil de comprender.
El Director General MAKINO Koji habla de la seguridad humana en la Galería Conmemorativa de JICA Ogata Sadako, en la sede Ichigaya de JICA en Tokio.
OGATA Sadako, quien fuera Presidenta de JICA
OGATA Sadako se ocupó de internalizar esta noción de seguridad humana en las iniciativas de JICA. En su carácter de Alta Comisionada de la ONU para los Refugiados, la Sra. Ogata se dedicó durante muchos años a ayudar a las personas desplazadas. Más tarde fue Presidenta de JICA.
La Sra. Ogata se enfocó en la protección y el empoderamiento de los más vulnerables. Este enfoque se basaba en sus experiencias directas con el dolor de la gente que moría durante su participación en numerosas situaciones relacionadas con refugiados. Era conocida por no escatimar esfuerzos siempre que podía ayudar a la gente a vivir de forma más segura y humanitaria. Hoy en JICA, a 10 años de que se retirara como Presidenta, y a tres años de su muerte, en 2019, su legado sigue vivo y en pleno ejercicio.
El mundo enfrenta una serie de crisis, como las enfermedades infecciosas a escala global y las invasiones militares que amenazan el orden internacional. Es un momento en el que cada uno de nosotros está llamado a considerar nuevamente la seguridad humana como una cuestión personal.
El concepto de seguridad humana se trató por primera vez en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 1994. Desde entonces ha sido objeto de mucho debate en las agencias de la ONU y otros organismos. La razón es que a principios de la década de 1990 el número de conflictos aumentó drásticamente en todo el mundo. En 2003, la Comisión de Seguridad Humana de la ONU publicó un informe en el que abogaba por un mundo en el que todas las personas pudieran vivir con dignidad, sin miedo y sin pasar necesidades. La Sra. Ogata fue una de las copresidentas de esta Comisión.
Ese mismo año, cuando asumió su cargo de Presidenta de JICA, la Sra. Ogata enfocó sus esfuerzos en hacer operativo este concepto de seguridad humana. El Sr. Makino, entonces Director de la División de Promoción de la Seguridad Humana, recuerda lo que ella solía decir: "No tenemos tiempo para discusiones filosóficas sobre lo que es la seguridad humana o lo que significa. Tenemos que hacer lo que podamos, ya mismo, por los que la están pasando mal". Tras asumir como Presidenta de JICA, la Sra. Ogata repetía a menudo la máxima: "Lo primero es salir al terreno".
JICA formuló las "Siete Perspectivas sobre Seguridad Humana", que proporcionan directrices concretas para la implementación de seguridad humana en el terreno, y se ha enfocado en la consolidación de la paz y la asistencia a los pobres de África dando su apoyo a los más necesitados. Poco a poco, JICA ha ido internalizando este concepto en sus políticas, confirmando su compromiso con la seguridad humana.
Durante su etapa como Presidenta de JICA, OGATA Sadako siempre dio prioridad al trabajo en el terreno. (Un panel de exposición en la Galería Conmemorativa de Ogata Sadako)
Como titular de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Sra. Ogata dirigió la prestación de asistencia humanitaria a los refugiados, y promovió el concepto de seguridad humana en las Naciones Unidas. En JICA, como Directora de una agencia de cooperación para el desarrollo, se dedicó a abordar las causas profundas de las crisis promoviendo la autosuficiencia de las personas y las comunidades desde una perspectiva a medio y largo plazo. Su objetivo era dar apoyo a los vulnerables, como los refugiados, y siempre se preocupó por garantizar la seguridad y la dignidad humana de las personas.
La ayuda humanitaria contribuye a la subsistencia de personas desplazadas por conflictos mediante la distribución de alimentos y suministros. Esta asistencia suele terminar cuando los refugiados son repatriados a su país de origen. En su época de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, la Sra. Ogata era muy consciente de la necesidad de que las organizaciones de cooperación para el desarrollo, como JICA, se involucraran en la fase inicial de reconstrucción post-conflicto. Sabía que es difícil que los gobiernos sean autosuficientes inmediatamente después de un conflicto, cuando todavía están en proceso de recuperación y no tienen capacidad de prestar servicios a los ciudadanos.
"Cuando trabajaba en una ONG internacional en Ruanda, luego del conflicto, asistiendo en la repatriación de refugiados ruandeses desde Tanzania, recuerdo cómo la Sra. Ogata, entonces Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, alentaba a las agencias de desarrollo a seguir prestando asistencia para la reconstrucción después de la ayuda humanitaria para que los refugiados pudieran a volver a casa", dice KOMUKAI Eri, quien es Asesora Senior de JICA, dedicada a la asistencia para la consolidación de la paz, incluidos los temas relacionados con los refugiados.
La Sra. Komukai, viene aportando su experiencia desde 2009 para acompañar en el retorno, restablecimiento y rehabilitación de los desplazados internos en la subregión de Acholi, en el norte de Uganda. Actualmente está prestando asistencia en la zona de acogida de refugiados en la subregión del Nilo Occidental, en el norte de Uganda.
"El legado de la Sra. Ogata de tender un puente entre la asistencia humanitaria y la cooperación para el desarrollo se ha transmitido a través de la nueva forma de asistencia a los refugiados que JICA está brindando ahora en el norte de Uganda", dice la Sra. Komukai.
A medida que los conflictos se prolongan, en muchas situaciones de crisis ya no hay una transición clara de la ayuda humanitaria a la cooperación para el desarrollo. Se necesita una complementación entre la ayuda humanitaria y la cooperación para el desarrollo, para dar simultáneamente asistencia a los refugiados y a las sociedades que los acogen, y en Uganda, donde viven muchos refugiados por períodos prolongados, se está produciendo una transición hacia una nueva forma de colaboración.
El norte de Uganda acoge cerca de un millón de refugiados que huyeron del vecino Sudán del Sur y de la República Democrática del Congo. Con la prolongación del conflicto y la permanencia de numerosos refugiados en Uganda durante más de 10 años, el impacto en los residentes y las comunidades locales es cada vez mayor. Dicen que los refugiados consumen los recursos naturales locales y que cada vez es más difícil acceder a los servicios públicos porque deben compartir las instalaciones locales.
JICA está trabajando en el norte de Uganda con el gobierno ugandés, junto con agencias humanitarias como ACNUR, el Banco Mundial y las agencias de desarrollo de otros países, para crear un sistema que permita tanto a los residentes locales como a los refugiados de Uganda vivir en un entorno de seguridad y paz.
La Asesora Senior Sra. Komukai (segunda de la izquierda, atrás) entrevistando a un comandante del asentamiento de refugiados en la región del Nilo Occidental, en el norte de Uganda.
La asistencia a refugiados que no pueden regresar a sus países por períodos prolongados no debe limitarse a la ayuda humanitaria de emergencia. También debe incluir iniciativas de cooperación para desarrollo de mediano y largo plazo, como asistencia en educación y formación profesional. Debería ayudar a los refugiados a desarrollar sus propias capacidades, algo que será de utilidad cuando regresen a su país. También debería contemplar el desarrollo de las comunidades locales que acogen a refugiados, promoviendo la convivencia pacífica de refugiados y comunidades de acogida, y otras iniciativas. En todo esto, la cooperación de JICA juega un papel cada vez mayor, según la Sra. Komukai.
"En Uganda, JICA trabaja ahora con los gobiernos locales para prestar servicios que reflejen las voces de ambas partes, de modo que los refugiados que no sean repatriados puedan vivir con dignidad humana junto a la población local", dice la Sra. Komukai. "Creo que las personas que viven allí serán los protagonistas y aprenderán a resolver los problemas solos, lo que conducirá a la protección sostenible de su dignidad y autosuficiencia". JICA también promueve la cooperación en otros entornos de refugiados por períodos prolongados, como los campos de refugiados de Palestina, para garantizar la protección de la dignidad de los refugiados mediante el fortalecimiento de las capacidades de las comunidades locales y los organismos gubernamentales.
El número de refugiados y desplazados internos en todo el mundo [1] aumentó considerablemente desde 2011. ACNUR anunció en mayo de este año que el número supera ya los 100 millones [2] . Los problemas derivados de los conflictos, los refugiados y los desplazados internos se extienden también por períodos prolongados. Según la Encuesta de Conciencia de Riesgo Global realizada entre septiembre y octubre de 2021 [3] , el 90% de los encuestados se siente cada vez más cercado por múltiples amenazas, como la propagación de enfermedades infecciosas y el cambio climático, que agravan el sentimiento de vulnerabilidad y desigualdad. Además, la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 supone nuevas amenazas no sólo para los países vecinos, sino a nivel mundial. Hoy, toda la humanidad está amenazada, una situación que no se veía desde las dos últimas guerras mundiales.
Notes
[2] UNHCR: A record 100 million people forcibly displaced worldwide (enlace externo)
[3] Global Risks Report 2022 (17th Edition)(PDF)
En marzo de este año, el Instituto de Investigación Ogata Sadako para la Paz y el Desarrollo publicó un informe titulado "La seguridad humana hoy". En el informe se declara nuevamente la importancia de la seguridad humana para el mundo, sin dejar de tener en cuenta los tiempos cambiantes.
"Este informe recibió mucha respuesta", dice Makino, Director General del Instituto de Investigación Ogata Sadako para la Paz y el Desarrollo de JICA. "JICA recibió solicitudes de organizaciones empresariales japonesas, grupos de estudiantes y otras organizaciones que nos invitan a hablar sobre seguridad humana. Esto habría sido impensable en otro momento. El sector privado y la sociedad civil están empezando a prestar atención al logro de la seguridad humana".
Makino también dijo: "Se puede decir que la seguridad humana contribuye al cumplimiento de los ODS, apuntando a lograr un desarrollo sostenible sin dejar atrás a nadie que viva en este planeta". Tomando en serio la creencia de la Sra. Ogata de que, "Mirando hacia los próximos 10 años y más allá, si el mundo se vuelve pacífico, Japón también se volverá pacífico", seguiremos transmitiendo acciones para alcanzar la seguridad humana en línea con los tiempos cambiantes."
En marzo de 2022, se inauguró la Galería Conmemorativa de Ogata Sadako en la primera planta del Edificio Ichigaya de JICA, el mismo lugar donde se encuentra el Instituto de Investigación para la Paz y el Desarrollo Ogata Sadako de JICA. La Galería recorre los pasos de la Sra. Ogata en materia de seguridad humana, destacando episodios de su carrera. Además de conocer sus grandes logros, los visitantes pueden echar un vistazo a la vida de la Sra. Ogata, manuscritos de su diario, vídeos y otros documentos importantes.
Manuscritos de su diario de los días 10 y 11 de septiembre de 2001. La Sra. Ogata se encontraba en Nueva York el día de los ataques terroristas con aviones secuestrados El 11 de septiembre, escribió: "Después de leer el periódico, miré por la ventana y vi el humo negro del World Trade Center... Tuve como un presentimiento de las represalias que tomaría Estados Unidos contra Afganistán". Desde entonces, la Sra. Ogata dedicó todos sus esfuerzos a asistir a Afganistán
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