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5 de marzo de 2021

[El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer] Acciones hacia una sociedad en la que las mujeres puedan desarrollar su potencial: el liderazgo de las mujeres para el futuro en Uganda y Camboya


El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. En todo el mundo se están llevando a cabo acciones para promover la participación de las mujeres en la sociedad, mejorar su situación y poner fin a la discriminación. Hoy presentamos a poderosas mujeres de Uganda y Camboya que están actuando y demostrando su liderazgo en diversas iniciativas para cambiar la sociedad y hacer que todas las personas puedan vivir con tranquilidad.

PhotoIzquierda: Akera Jackline, líder de un grupo de agricultores en un pueblo del norte de Uganda
Derecha: La Sra. Nak Chan Boline, de la Oficina de JICA en Camboya, presta asistencia a las mujeres camboyanas económicamente desfavorecidas, que debido a la pandemia del COVID-19. tuvieron que regresar a su país tras trabajar en países vecinos


Las mujeres toman la iniciativa de compartir sus conocimientos y experiencias y demostrar cómo vivir con vitalidad

PhotoLa Sra. Akera Jackline (izquierda) enseñando técnicas de cultivo a un agricultor

En el subcondado de Unyama, distrito de Gulu, en el norte de Uganda, la Sra. Akera Jackline, líder de grupo, enseña a los agricultores a cultivar tomates y a utilizar pesticidas y fertilizantes en una plantación. Participó en el Proyecto de JICA "Mejora de medios de subsistencia de agricultores en el norte de Uganda" y aprendió a cultivar tomates y coles, a administrar los ingresos y gastos del hogar y a mejorar la nutrición. Hoy, junto con los miembros de su grupo, es una agricultora modelo que guía a sus vecinos y a 28 grupos de otras regiones.


En el norte de Uganda, donde la cultura y las costumbres tradicionales dictan que las mujeres no tienen autoridad para tomar decisiones en el hogar y deben obedecer a los hombres, en 2015 se lanzó el proyecto de JICA con el objetivo de mejorar los medios de subsistencia de los agricultores y, al mismo tiempo, garantizar que todos los miembros de la familia vivan felices. Tanto hombres como mujeres trabajan juntos en el campo para aprender técnicas de cultivo de hortalizas y familiarizarse con métodos de venta de las hortalizas cosechadas. El proyecto también incluyó una guía para la distribución de funciones en el hogar entre hombres y mujeres. Aprendieron que hombres y mujeres pueden trabajar juntos para mejorar la calidad de su vida diaria, incluyendo la administración del hogar y la nutrición, mejorando sus ingresos al mismo tiempo.

PhotoEn la capacitación, se les mostró esta ilustración a los participantes, quienes debatieron sobre los problemas y las virtudes de sus respectivas familias y la distribución de las tareas domésticas


A medida que el proyecto avanzaba, se disipó el estereotipo de que las tareas domésticas y el cuidado de los niños es exclusiva responsabilidad de las mujeres, y los hombres empezaron a participar gradualmente en las tareas domésticas y a ocuparse de los niños. Los hombres también comenzaron a conversar y decidir junto con las mujeres cómo gastar sus ganancias, algo que hasta entonces decidían principalmente los hombres. En uno de los grupos se creó una huerta administrada únicamente por mujeres.

En un Día de Campo, que es un foro para que el grupo de agricultores muestre sus logros, los vecinos se reunieron para escuchar sus experiencias a través de dramatizaciones, bailes y canciones. En el subcondado de Paicho, distrito de Gulu, las mujeres del grupo representaron una dramatización mostrando cómo aprendieron a cultivar y vender coles de mejor calidad en el mercado y con qué rapidez se vendían. Después de ver las representaciones, algunas mujeres del público expresaron su deseo de imitar a las mujeres que actuaban y de compartir su experiencia.

PhotoEscena de una dramatización en la que las mujeres comparten su experiencia de cultivar coles enormes y venderlas a precios elevados en el mercado


Las acciones de las mujeres cambian la actitud de los hombres

También cambió la mentalidad de los hombres que participaron en el proyecto. Cuando vieron que a las mujeres les resultaba más rentable vender sus verduras en el mercado, empezaron a tener en cuenta la opinión de ellas. También se empezó a ver a los hombres desmalezando, tarea que antes se les asignaba a las mujeres.

PhotoTaller para que hombres y mujeres piensen juntos en comidas nutritivas y equilibradas combinando productos cultivados localmente

En Uganda, con la propagación de COVID-19, los casos de violencia de género en el hogar han ido aumentando debido a diversas situaciones de stress. En estas circunstancias, el Sr. Apila Thomas, capacitado en materia de género, está trabajando con las autoridades del pueblo con miras a brindar soluciones a la comunidad en los casos de violencia doméstica.


PhotoEl experto Yamashita (centro), el oficial de extensión agrícola (derecha) y el personal del proyecto (izquierda) supervisando una plantación de tomates

YAMASHITA Riai, experta de JICA que ha participado como especialista en género desde el inicio del proyecto, dice: "El norte de Uganda sufrió una guerra civil que comenzó en 1986 y duró casi 20 años; por eso fue necesario escuchar con atención las voces de los agricultores sobre los efectos negativos de la guerra". No sólo se discriminó a las mujeres, sino que también sufrieron discriminación personas que regresaban a su pueblo cuando terminó la guerra civil, porque habían sido secuestrados y convertidos en niños soldados durante el conflicto, y fueron obligados a matar a sus familiares.


"Con miras hacia una sociedad en la que todos puedan participar sin quedarse atrás, el proyecto valora la diversidad de las personas, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, y los que han padecido la guerra civil. Valora el proceso de enfrentarse a los problemas que cada individuo sufre en su vida diaria, reflexionar juntos sobre ellos y tratarlos", dice la Sra. Yamashita. Actualmente dirige el proyecto en estrecho contacto con los protagonistas en el terreno. Se está dedicando a desarrollar material didáctico para que los agricultores aprendan unos de otros, ya que no puede visitar Uganda debido a las restricciones de viaje.

La firme propuesta de asistir a las mujeres camboyanas que necesitan apoyo por la pandemia de COVID-19: Un intenso deseo llevó a la acción

"Como consecuencia de la pandemia de COVID-19, las mujeres que habían salido de Camboya para trabajar en países como Tailandia, Malasia y Corea, perdieron sus empleos y tuvieron que volver de pronto a su país de origen. A su regreso, sin embargo, no pudieron encontrar trabajo y no tenían con qué alimentar a sus familias. Sentí en lo más profundo que algo tenía que hacer para apoyarlas, así que planifiqué este relevamiento", dice Nak Chan Boline, personal local de la oficina de JICA en Camboya.

PhotoEl año pasado, JICA preparó una "Nota Guía" (en japonés e inglés) donde se resumen las medidas contra la COVID-19 con una perspectiva de género. La Sra. Boline también se refirió a esta Guía en repetidas ocasiones en su propuesta para estos relevamientos

Queda claro que la vida y los medios de subsistencia de mujeres y niñas en los países en desarrollo, cuya seguridad social y oportunidades de empleo son más limitadas que las de los hombres debido a la discriminación de género, se vieron gravemente afectados por la COVID-19. Por esta razón, JICA está llevando a cabo estudios para determinar los riesgos a los que están expuestas las mujeres y las niñas de países en desarrollo y el tipo de apoyo que necesitan, con el fin de aplicar medidas específicas. Convocamos a nuestras oficinas en varios países, y la Sra. Boline fue una de las que levantó la mano en respuesta.

"Para mí, realizar este relevamiento es un gran desafío porque tengo que consultar muchas veces con la sede de JICA para preparar las propuestas. Pero me siento muy comprometida con este trabajo, ya que deseo profundamente ayudar a las mujeres con carencias económicas."



En Camboya, debido a la mano de obra barata y a la falta de oportunidades laborales en el país, alrededor del 10% de la población activa emigra a trabajar a otros países. Muchas mujeres que trabajan en las zonas rurales son inmigrantes, pero también son víctimas de la trata de personas.

La Sra. Boline lleva unos 15 años trabajando en la oficina de JICA en Camboya. En la actualidad, se dedica a proyectos relacionados con el empoderamiento económico de la mujer, como es la asistencia a mujeres que tienen problemas por su condición de trabajadoras inmigrantes. Aprovecha esta experiencia para asumir un papel de liderazgo en estos relevamientos, en colaboración con ONG locales y el Comité Nacional de Lucha contra el Tráfico de Personas (NCCT), del Ministerio del Interior.

PhotoSe imparten talleres sobre habilidades empresariales (izquierda) y formación en materia de género (derecha) para el empoderamiento económico de las mujeres (foto cortesía de PGM-WEE)


Se han iniciado entrevistas presenciales en dos provincias, Kampong Cham y Thbong Khmom, para identificar qué tipo de apoyo necesitan las mujeres que debieron regresar a sus hogares por la pandemia de COVID-19.

"Aclaramos aspectos relativos a cuestiones específicas, y al mismo tiempo brindamos nuestro apoyo para que las mujeres se capaciten en determinadas habilidades para conseguir trabajo. Esperamos que los resultados de este relevamiento se reflejen no sólo en los proyectos destinados a mejorar los medios de subsistencia de las mujeres después de la COVID-19, sino también en las políticas nacionales de apoyo a la mujer."

De cara al periodo post-COVID-19, las palabras de la Sra. Boline están cargadas de determinación



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