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4 de junio de 2021

Acompañando el desarrollo de un sistema de vacunación seguro contra la COVID-19 para todos


En un esfuerzo por contener la propagación de la COVID-19, que está haciendo estragos en el mundo, la clave es la vacunación. Para contener el virus a escala mundial, es crucial que las vacunas se distribuyan de forma equitativa y sin discriminación tanto a países desarrollados como en desarrollo. Por esta razón, Japón se está asociando con COVAX, un marco internacional en el que participan más de 180 países y regiones, para cofinanciar y comprar vacunas con el fin de promover la vacunación en los países en desarrollo.

En la Cumbre COVAX AMC, que se celebró en forma virtual el pasado 2 de junio, participantes de varios países debatieron sobre la necesidad de mayor financiación y otras cuestiones, para garantizar y promover la igualdad de acceso a las vacunas.

Como parte de la iniciativa de mejorar los servicios de salud y saneamiento en los países en desarrollo, JICA brindó asistencia para fortalecer sus sistemas de vacunación contra la polio y otras enfermedades, y para que puedan desarrollar y fabricar sus propias vacunas en el largo plazo. Sobre la base de la experiencia acumulada a lo largo del tiempo, JICA también presta su asistencia para garantizar que la vacuna contra la COVID-19 llegue a los países en desarrollo.

PhotoMujeres en Pakistán recibiendo formación práctica como vacunadoras (izquierda) y técnicos vietnamitas produciendo la vacuna contra el sarampión (derecha), ambas imágenes son testimonio de la cooperación de JICA a la fecha


Escuchando con atención las voces de las personas que están el terreno para darles apoyo con un enfoque de abajo hacia arriba - demostrando la fuerza de JICA en la cooperación

"No se trata sólo de obtener la vacuna. Es importante implementar un sistema que permita a todos tener acceso a la vacuna; determinar quién administrará la vacuna, quién la recibirá primero y qué preparativos tiene que hacer el gobierno para lograrlo."

Así lo explica ONO Tomoko, directora del Equipo de Salud 2, que también supervisa el control de enfermedades infecciosas en el Departamento de Desarrollo Humano de JICA.

Aun cuando los países en desarrollo puedan obtener vacunas, eso no basta si no se implementa un sistema para suministrarlas y administrarlas. Incluso en Japón, existen importantes obstáculos para la implementación de un programa de vacunación eficiente en la actual pandemia; esto incluye desde un sistema de reserva eficiente hasta garantizar la disponibilidad de médicos y enfermeras para administrar las vacunas.

Y en los países desarrollados, también, la lucha contra la COVID-19 es una cuestión de prueba y error, ya que la infección se propaga de manera exponencial a través de fronteras y afecta a todas las generaciones, tanto niños como adultos. Sin embargo, para los países en desarrollo, con instalaciones sanitarias inapropiadas e información incompleta, el desafío es mucho mayor. En estas circunstancias, JICA asiste a países en desarrollo en su lucha contra la COVID-19, continuando así su respaldo de siempre para el fortalecimiento de sus capacidades administrativas en el sector sanitario. "El punto fuerte de JICA es su capacidad de adoptar una perspectiva a largo plazo, de ser activa sobre el terreno y en comunicación directa con los gobiernos y residentes locales, escuchando las voces de los verdaderamente involucrados. Captamos los desafíos en el terreno, prestamos atención a los detalles y aportamos soluciones que funcionan en el contexto de cada país", afirma convencido el Dr. Ono.

Son muchos los problemas a abordarse, como las deficiencias de la administración de salud y el subdesarrollo en las instalaciones sanitarias. Para facilitar la distribución de la vacuna, JICA está prestando apoyo en materia de infraestructura. Esto incluye la implementación de equipos de cadena de frío (logística a baja temperatura) para el transporte de vacunas y la contratación de personal para el mantenimiento de los equipos, empezando por ocho países. En los lugares donde el suministro de agua y la electricidad no son estables, JICA presta asistencia en el desarrollo de sistemas adaptados a las necesidades de cada país, por ejemplo, proporcionando refrigeradores con energía solar para conservar las vacunas.

Además, en Vietnam está en marcha el desarrollo local de una vacuna contra COVID-19, que tiene como antecedente 20 años de cooperación en la producción y desarrollo de la vacuna contra el sarampión. Por otra parte, en Pakistán, JICA viene cooperando con las iniciativas en curso para reforzar la inmunización, lo cual ha contribuido a lograr un sistema de vacunación eficiente.

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Apuntando a medidas sostenibles de prevención de enfermedades infecciosas en la era post COVID-19

"Hay muchas enfermedades infecciosas, como el paludismo y el VIH/SIDA, para las que aún no se ha desarrollado ninguna vacuna eficaz. El rápido desarrollo de una vacuna para la COVID-19, a menos de un año del brote inicial, no tiene precedentes".

El Dr. Ono comentó que la propagación mundial de la enfermedad y la enorme amenaza que suponía, tanto en países desarrollados como en desarrollo, llevaron rápidamente a hacer inversiones en el desarrollo de vacunas. Las vacunas eficaces constituyen una poderosa cura para las enfermedades infecciosas. Sin embargo, los virus de la COVID-19 pueden mutar, en cuyo caso las vacunas actuales serían ineficaces. Para hacer frente a las enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes que se presentan de diversas formas, el desafío es desarrollar un sistema de salud pública que no dependa únicamente de las vacunas. Hasta ahora, la única enfermedad infecciosa del mundo que fue erradicada es la viruela.

"Aunque se controle la COVID-19, JICA se ocupará de mejorar la capacidad de los países en desarrollo para hacer frente al control de enfermedades infecciosas en la era post COVID-19, de modo que esta experiencia y las lecciones aprendidas pasen a formar parte de un sistema sanitario resiliente que pueda resistir la posible amenaza de enfermedades infecciosas en el futuro", afirma.

En algunos países, las vacunas no son bien aceptadas por el bajo nivel de confianza en las mismas, con lo cual también se hace necesario concientizar sobre la seguridad y eficacia de las vacunación. Además, para que los países en desarrollo puedan hacer frente a la amenaza de enfermedades infecciosas de forma independiente, se requiere cooperación a largo plazo, con el fin de mejorar, por ejemplo, la capacidad y la red de laboratorios para la detección temprana y aumentar la capacidad clínica de tratamiento médico especializado.


PhotoCapacitación en técnicas de laboratorio para enfermedades infecciosas en países de África Occidental, realizada en el Noguchi Memorial Institute de Investigación Médica de Ghana


El Dr. Ono acaba de regresar de Mozambique, donde llevó a cabo misiones para la mejora de las instalaciones sanitarias. Con el fin de identificar las necesidades específicas de cada país, JICA continuará escuchando con atención las voces de los locales, interpretando sus problemas y encontrando soluciones.


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