
Las sedes de las asociaciones japonesas, o nihonjin kaikan, eran lugares de gran importancia para la vida comunitaria de los inmigrantes.
El salón de las asociaciones era un espacio utilizado para múltiples finalidades: desde celebraciones estacionales como las fiestas de Fin de Año, Año Nuevo y los bailes de Obon, hasta bodas, funerales, cumpleaños y toda suerte de eventos sociales. Además, allí se llevaban a cabo funciones de entretenimiento, como obras de teatro, festivales de canto y proyecciones de películas. Y eran el centro de encuentro para toda actividad que requiriera un local amplio y confortable: Reuniones de la sección femenina de las asociaciones, de los grupos de la “tercera edad”, etc.
Esa polifuncionalidad convertía a las sedes institucionales de las asociaciones japonesas en un lugar indispensable para la actividad social de la comunidad.
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