Entrevista
Mary Segura
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Nombre y apellido: Mary Segura
Exfuncionaria de JICA/1981 -
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Su experiencia y impresión con JICA :
Siendo muy jovencita, mi primer contacto con los japoneses fue un día mientras estaba en una clase del colegio y mi profesora intercambió unas breves palabras con un joven oriental, alto y bien parecido que pasaba por allí. Supe que era un japonés llamado Toshio.
Muchos años después, cuando empecé a trabajar con JICA, me di cuenta de que ese joven había sido uno de los primeros voluntarios japoneses, especialista en natación y miembro de este excelente Programa.
Haciendo un recuento, a lo largo de mis casi 35 años de relación laborar con JICA, tuve el privilegio de conocer a alrededor de 600 voluntarios, en diversas e importantes especialidades técnicas y fui testigo de la evolución del programa, el cual fue adaptándose a las necesidades del país en materia de cooperación internacional, según lo establecían los gobiernos de turno en sus planes nacionales de desarrollo.
Muchos de estos voluntarios y voluntarias dejaron huella en campos en los que aún Costa Rica daba sus primeros pasos.
Estos hombres y mujeres, en las modalidades junior y senior con sus conocimientos y experiencia, beneficiaron programas de educación técnica tanto en el MEP como en algunas universidades tecnológicas, en especialidades como ingeniería electrónica, computación, multimedia, diseño industrial, y otras metodologías japonesas de mercadeo e industria.
Gracias a su aporte a nivel deportivo, los voluntarios fueron pioneros en la enseñanza y práctica de deportes competitivos como gimnasia, béisbol, judo, baloncesto, natación, etc., a través del Ministerio de Cultura y los comités cantonales de deportes y de ese intercambio salieron reconocidos atletas que le dieron gloria al país.
En el área de salud y bienestar, ellos trabajaron arduamente para lograr el fortalecimiento de los servicios de rehabilitación y atención de las personas con discapacidad principalmente a nivel comunitario, impulsando además, muchas de las políticas inclusivas a nivel nacional.
La agricultura costarricense le debe mucho a este programa, pues fue a finales de los años ochenta que voluntarios como Shogo Sasaki, introdujeron el concepto de agricultura orgánica en el país, primero en Zarcero como zona piloto y luego en otras regiones agrícolas, con el apoyo de la UCR y el INA que se encargaron de replicar dichos conocimientos.
Y no menos importante ha sido el gran aporte de los voluntarios al campo ambiental a partir –principalmente- de este milenio, siendo los gobiernos locales un aliado estratégico, para que estos especialistas continúen con el asesoramiento en el manejo eficiente de los residuos orgánicos y las técnicas de compostaje a nivel residencial y comunal, bajo métodos japoneses exitosos como Takakura.
En este quinquenio del Programa, otras áreas no menos importantes como las bellas artes y la música también les deben mucho a los voluntarios, pues gracias al método Suzuki y de la mano de la Orquesta Sinfónica Juvenil y las etapas básicas de música de la UCR, muchos niños y niñas aprendieron a ejecutar instrumentos musicales.
Finalmente, desde el inicio del Programa y durante estos 50 años, la enseñanza del idioma japonés, y por ende el acercamiento de los ticos a la fascinante cultura japonesa, ha estado a cargo de estos voluntarios.
Por esta razón, me siento muy orgullosa de haber sido un puente entre el Programa de Voluntarios Japoneses y las instituciones costarricenses, para facilitar la buena comunicación y el proceso de adaptación de ellos hacia nuestro idioma y cultura.
Y para cerrar esta entrevista, solo me resta agradecer a JICA la oportunidad de haber sido parte de su staff profesional y haber apoyado a todos estos miembros del Programa que me honraron con su amistad y me enseñaron el valor del trabajo en equipo, el respeto y la disciplina.
Mary Segura
Exfuncionaria de JICA
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