Premio de Director de JICA Costa RICA 2025:Presentación de los galardonados:Mary Segura Torres
2025.10.07
Ha sido una colaboradora destacada en el apoyo a programa de envío de voluntarios de JICA Costa Rica durante casi 20 años.
Referencia:Discurso del director 02002025.9.110220.pdf
Nombre y apellidos: Mary Segura Torres
Institución actual y cargo: Jubilada (por termino de relación laboral con JICA)
Relación con JICA (incluido cuando se involucró por primera vez con JICA):
En el año 1977, siendo estudiante de primer año de la Universidad, observé que algunas compañeras saludaban muy animadas a un joven japonés llamado Toshio Hirokawa y quien parecía tener mucha popularidad entre las chicas universitarias. Según supe muchos años más tarde, él fue uno de los primeros voluntarios japoneses que había llegado a Costa Rica para impartir clases de natación en los programas del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes y allí en la UCR estaba impartiendo un curso de natación.
En 1980, por recomendación de un buen amigo tuve la oportunidad de brindar mis servicios profesionales a la Oficina de Voluntarios Japoneses (JOCV), específicamente en la edición e impresión de una revista informativa. Esta revista bimensual recopilaba una serie de notas del quehacer de los voluntarios japoneses en todo el país. Se imprimían alrededor de 250 ejemplares de esta revista y se enviaban tanto a las instituciones receptoras de los voluntarios como a los ministerios e instituciones afines, para dar a conocer los alcances y características del Programa. Fue una relación de 3 años, durante los cuales pude aquilatar el valioso aporte de los voluntarios en el país. En el año 1986 la Oficina de JOCV me ofreció un contrato por tiempo indefinido como Asistente, alcanzando con el tiempo el cargo de Administradora General hasta culminar mi carrera profesional en JICA.
La demanda de voluntarios y el trabajo de la Oficina se fueron diversificando con el paso de los años y mis tareas me dieron la oportunidad de involucrarme principalmente con el programa de Voluntarios en la evaluación de las nuevas solicitudes junto con el coordinador de turno, y poco después en la selección de una escuela de capacitación de la lengua española para los nuevos grupos y así facilitar su inmersión con el idioma y la cultura costarricenses.
En el año 2000 el programa de voluntarios se reforzó con la modalidad senior, lo que amplió la oferta a más instituciones y más especialistas con mayor experiencia. Para el año 2003, la Oficina de JOCV pasó a acreditarse oficialmente ante el Gobierno de Costa Rica como oficina de JICA (Agencia de Cooperación Internacional del Japón), lo que implicó atender la logística de los diversos proyectos de cooperación técnica que se estaban ejecutando en el país, incluida la oferta de capacitación para estudios técnicos en Japón y terceros países.
Como ha sido la experiencia:
Además, de las labores administrativas relacionadas con el personal local, la adquisición de bienes y suministros y asistencia ocasional relacionada con los proyectos, el trabajo a mi cargo era algo que me apasionaba.
A aquellos japoneses -hombres y mujeres- los veía como mi familia, y cuando la barrera idiomática y cultural era un obstáculo para que su contraparte institucional sacara provecho de los conocimientos y experiencia de ellos, yo mediaba para procurar una buena relación con la contraparte nacional y pasar por alto aquellos “malos entendidos”.
Tuve además, el apoyo y confianza de los directores y coordinadores de JICA que siempre tomaban en cuenta mi opinión para la resolución de situaciones relacionadas con el diario quehacer de sus actividades en el país.
Al concluir mi trabajo con JICA, por motivos de mi jubilación en el año 2018, me sentí satisfecha de la labor realizada y sobre todo pude palpar el cariño y el agradecimiento de tantos japoneses, que tuve el honor de conocer a lo largo de mi carrera.
Cuál es su impresión y opinión de JICA
Me siento muy orgullosa y agradecida del aporte significativo de JICA a Costa Rica en estos más 50 años de cooperación y especialmente por haber sido parte de su staff local por más de 35 años. Pero también agradezco profundamente las oportunidades de capacitación tanto en Costa Rica como en el extranjero, que le brinda JICA a su personal local para mejorar sus habilidades en aras de realizar un excelente trabajo.
No cabe duda de que los costarricenses estamos en deuda con el Gobierno del Japón y sus ciudadanos, por su significativo apoyo a la investigación y ejecución de importantes proyectos de cooperación técnica, en áreas como la salud, las energías limpias, la protección y conservación del medio ambiente y la promoción de políticas inclusivas para la población vulnerable, entre muchos otros.
Y el agradecimiento sincero para todos aquellos voluntarios y voluntarias que no dudaron en aceptar el reto de venir a servir a nuestro país, a veces en circunstancias difíciles, no solo por la barrera idiomática y cultural, sino por las condiciones climáticas y de hospedaje. Aun así, no dudaron en transmitir sus conocimientos y experiencias a los costarricenses, logrando dejar una huella imperecedera en campos como la agricultura orgánica, deportes, fisioterapia, manejo de residuos sólidos, música y bellas artes, etc.
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