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2013-07-09

Llavero de chinches

Mina Murata

Cooperante Voluntaria Internacional del Japón, 2do grupo del año 2012 (Heisei 24)

Área encargada: Política de medida contra las enfermedades de contagio

Actualmente estoy ubicada en un centro de salud en el municipio de Matagalpa como cooperante de la política de medida contra las enfermedades de contagio. Quisiera presentar unos llaveros de muestra de chinches como una de las actividades que realizo.

Me interesaron los llaveros de chinches antes de ser enviada al lugar de misión cuando por primera vez miré las muestras de chinches en la capacitación técnica complementaria para los cooperantes de la política de medida contra las enfermedades de contagio. Los chinches son unos insectos que transmiten una enfermedad llamada "enfermedad de Chagas". Había visto fotos de los chinches en internet, pero las muestras de los insectos reales y tridimensionales en resina transparente me dieron un impacto fuerte, y sin querer grité "¡¡qué asco!!".

Sin embargo, más bien me atrapó esa misma asquerosidad y puedo decir que el punto de atracción para mí es "los insectos con lunarcitos". Me enteré de que las muestras que vi fueron hechas por un ex cooperante de las medidas contra la Enfermedad y traídas por él mismo. Ya que iba a trabajar en las medidas contra la Enfermedad, hice un plan de: ¡¡fabricar las muestras de los insectos en el lugar de misión y traerlas conmigo al Japón como un testimonio de la lucha contra estos insectos por 2 años de mi misión!! Esto fue una meta para mí como cooperante voluntaria internacional.

Hice un ensayo de fabricación de muestras de los insectos junto con otros cooperantes del mismo cargo interesados por el intento en Honduras donde fui enviada primeramente como cooperante. En este país ya habían hecho las muestras anteriormente, sin embargo no sabíamos dónde conseguían la resina. Íbamos en busca de la resina transparente a varias ferreterías pero no encontrábamos. Sin otro remedio, utilizamos la resina que venía en un juego de "materiales para hacer muestras de insectos" el cual un funcionario de JICA había comprado en Japón. En ese entonces sin medir la cantidad de cada material y sin pensar mucho hicimos ensayo de "sólo mezclar el líquido A y el líquido B", y la consecuencia lógicamente fue un fracaso. Ya casi había renunciado el sueño de llevar las muestras al Japón y sólo pensaba cómo llevar los chinches sin tener problema en la inspección sanitaria de los aeropuertos. A medida que la seguridad en Honduras iba empeorándose, me trasladaron a Nicaragua donde ya iba en ejecución el Proyecto Chagas, y el segundo día de la llegada tuve nueva oportunidad. Los compañeros de trabajo me contaron que les enseñó a fabricar las muestras de los chinches el cooperante antecesor a mi persona. Incluso había redactado un manual. Quería aprovechar de esta oportunidad e inmediatamente ese mismo día inicié la preparación. Puse como meta fabricar 100 muestras para regalar a los habitantes el 9 de julio, "Día de la Enfermedad de Chagas". En ese momento pensaba que el proceso iba a ser fácil.

Al leer el manual, indicaba un "catalizador" como un material muy importante además de la resina misma. El catalizador tiene función de acelerar el endurecimiento de la resina, pero si echa mucho catalizador, la muestra se pone amarilla. Me di cuenta de que el fracaso en Honduras fue por no mezclar bien el catalizador y no medir la cantidad exacta. Todavía quedaba la resina que el cooperante antecesor dejó en la bodega, pero casi no había catalizador y teníamos que comprar más. Aproveché el fondo de apoyo a los cooperantes de JICA para ir a buscar el catalizador a la capital de Managua. Anduve buscando el material por dos días en una ferretería a otra, y lo encontré en la decimotercera ferretería, lo que me hizo entender lo difícil de hacer compras en un país en desarrollo. No obstante, alegremente regresé al lugar de misión.

Sin embargo, me encontré con otro gran problema. Iba a trabajar en la fabricación de muestras con un compañero de trabajo de contraparte, pero de repente esa persona fue trasladada a otro lugar por asunto interno del centro de salud. Como no me competía, no podía hacer nada al respecto, y así tuve que comenzar sola la fabricación. Abajo describo el procedimiento y las técnicas importantes.

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1. Remojar los chinches en alcohol para suavizar y escoger los cuerpos más bonitos (mi criterio de selección de aprobación es que tenga 6 patas enteras), y arreglar las patas y secarlos. Pinchar aguja en la parte del pecho y fijarlos en polietileno (conocido en Nicaragua como poroplás). También colocar en un buen ángulo las patas con agujas, y mantener para secar los cuerpos en la posición más estética hasta al día siguiente.

2. Mezclar la resina y el catalizador en un vaso de vidrio graduado y luego verter la mezcla al molde de hielo. Antes de que se endurezca, colocar los chinches en el mismo molde y encima verter la mezcla de nuevo hasta cubrir los chinches. La técnica importante en este proceso es colar la mezcla por las medias para que no entre aire en el molde. Con este pequeño trabajo, el acabado queda excelente.

3. Aun así, si entró aire, antes de que se endurezca la mezcla, hay que romper cada bolsa de aire. Por un descuido, se endurece la mezcla sin que uno se dé cuenta de que está saliendo aire del hoyo donde la aguja se metió en el pecho de los chinches. Así que hay que poner mucha atención.

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4. Se endurece la mezcla completamente en 1 o 2 días para sacarla del molde.

5. De aquí comienza el trabajo en serio. Hay que lijar la resina que no se secó bien en la superficie. Todavía hay que pulir con una crema para dar brillo al metal, y se perfecciona. Esta parte es más costosa ya que sólo hay que seguir lijando y puliendo. (Por estar haciendo este trabajo, se me dañó la primera articulación del dedo gordo de la mano derecha, y un compañero de cooperante que era fisioterapeuta me diagnosticó que era un "artritis en el dedo gordo".)

En este momento busqué compañeros que querían ayudar en la fabricación. Había compañeros atraídos por el olor a alcohol de los chinches (se parece al ron nicaragüense), o compañeros que se interesaron al mirarme luchando con los chinches, así al comenzar esta actividad, de repente muchas personas (los doctores y los enfermeros, o la señora de limpieza), se fijaron en mí y tuve oportunidad de conversar con ellos. Pero, lo que todos decían era "regálame una muestra al terminar de hacerla". Los compañeros del grupo de medidas contra los insectos transmisores de enfermedad del centro de salud con quienes yo trabajaba salían fuera de la oficina casi todos los días porque estaba cayendo la epidemia del dengue. Cuando les decía que me ayudaran, siempre me contestaban "claro que sí". E incluso había compañeros que me ofrecían ayuda diciendo "esperame que voy a venir a ayudarte cuando termine mi trabajo". Sin embargo, nunca vino nadie a ayudarme.

Aprendí que no cumplían con sus promesas no por maldad, sino que simplemente esa era la idiosincrasia de la gente y la cultura, por lo tanto me sentí bautizada al entender que me mataría si me enojaba por esa costumbre cada vez que pasaba eso. Considero también que en esta actividad aprendí a trabajar en Nicaragua.

Al acercarse el Día de la Enfermedad, en la última semana me quedaba hasta las 9 de la noche en el trabajo para seguir haciendo las muestras. A veces no salían bien unas muestras aunque seguía al pie de la letra del manual. En esos casos, buscaba otros materiales, haciendo más ensayo, por fin llegué a fabricar bonitas muestras que valían la pena regalar. También alcancé del tiempo antes de la fecha del Día de la Enfermedad, y así entregué a los habitantes participantes en la actividad las muestras junto con los folletos informativos acerca de la Enfermedad para decirles "si encuentran este insecto, avisen al centro de salud". Creo que les dio una impresión más fuerte por esas muestras.

Actualmente, estoy tratando de confeccionar llaveros abriendo hoyo en las muestras. Últimamente por fin tengo compañeros que me ayudan en esto. Los llaveros están a la venta a 20 córdobas. Los compañeros de trabajo los andan puestos consigo como un material educativo hacia los habitantes, también con la ganancia por la venta de los llaveros tenemos plan de comprar tóneres de impresora u otros gastos de las actividades del trabajo.

Sin duda alguna, se está propagando el conocimiento acerca de la Enfermedad, sin embargo, todavía hay veces en que la gente lleva al centro de salud insectos que no son chinches. Hay mucha gente que no sabe que los chinches jóvenes igual que los chinches adultos viven de la sangre de las personas. Pienso seguir fabricando las muestras de los chinches hasta terminar mi misión ya que estas son uno de los instrumentos importantes de las actividades que dan buen impacto para que mayor gente tenga conocimiento correcto acerca de los chinches y que tenga conciencia de prevención a la Enfermedad. Sigo esto, más que todo, para poder llevármelas conmigo al Japón como testimonio de mi lucha contra los chinches.

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