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Con la apertura de nuevos mercados y la diversificación de la distribución de productos a nivel internacional, el intercambio de alimentos frescos y procesados entre países y bloques económicos aumenta a pasos agigantados. Sin embargo, visto este tema a mediano y largo plazo, a medida que las barreras económicas que suponen los impuestos aduaneros disminuyan, se prevé que los países importadores prestarán un mayor grado de atención a los requerimientos de higiene, así como de inocuidad alimentaria de los alimentos. Bajo estas circunstancias, los requerimientos de inocuidad alimentaria que los países puedan establecer para resguardar la salud de su población, serán también vitales para el comercio de ese rubro a nivel internacional. Por tanto, cada país se encuentra dando avance al proceso de fijación de Límites Máximos de Residuos (LMR) para los cultivos, a la vez que se trabaja en resguardar sus valores de inocuidad.

En lo que respecta a Paraguay, ocurre el problema de la presencia de residuos de agroquímicos en cultivos orientados a la exportación, que afecta de forma directa al comercio internacional de los mismos (se cita en particular al problema de presencia de carbaril en el sésamo de exportación a Japón). A la fecha, en Paraguay no existen normas de uso adecuado ni de residualidad para los rubros menores como el sésamo. Si los cultivos de exportación no cumplen los requisitos de inocuidad (niveles máximos permitidos de residuos), existe el riesgo de que estos sean devueltos a sus lugares de origen. Ante esta situación, existe la necesidad de velar por el cumplimiento de esos requisitos. Sin embargo, no existe información sobre el periodo, ni la cantidad adecuada de plaguicidas a ser utilizados, ni tampoco información acerca de si se reúnen los requisitos de inocuidad.

En octubre del 2018 y como parte de las actividades del Proyecto INOPAR, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE) en conjunto con el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA), iniciaron por primera vez en Paraguay el Estudio de Residualidad en Cultivos. Este ensayo consiste en el uso de un determinado plaguicida en un cierto cultivo, con el objetivo de determinar cuánto de este plaguicida permanece en el mismo, buscando establecer la forma de uso adecuado del plaguicida en cuestión. A futuro, se espera que con esta información Paraguay pueda ser capaz de fijar sus propias normas de uso adecuado, así como de residualidad de plaguicidas para cultivos. Se estima contar con los resultados preliminares del primer Estudio de Residualidad para mediados de marzo de 2019.

[Descripción General del Estudio]

Cultivo objeto: Sésamo (Variedad IPTA KO7)

Agroquímico objeto:

• 2 tipos de herbicida (haloxifop metil, cletodim),
• 5 tipos de insecticidas (carbaril, imidacloprid, benzoato de emamectina, novaluron, fipronil)
• 1 tipo de fungicida (tebuconazol).

Lugar del ensayo: 3 campos experimentales del IPTA:

• IPTA Choré (San Pedro)
• IPTA Caacupé (Cordillera)
• IPTA San Juan Bautista (Misiones)

Contraparte del IPTA realiza el sembrado del sésamo en los campos experimentales.

Cultivo del sésamo en su etapa de germinación.

Fotografía grupal con el equipo encargado del Estudio de Residualidad, en el campo experimental del IPTA San Juan Bautista, Misiones.