Japón y otros países desarrollados, junto con agencias internacionales de cooperación para el desarrollo, han aumentado sus esfuerzos para abordar la reducción de la pobreza en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) hasta 2015. Aunque quedan algunos objetivos por alcanzar, como la reducción de la tasa de mortalidad de menores de cinco años y de la tasa de mortalidad materna, muchos países en desarrollo han alcanzado notables progresos en la reducción de la pobreza, como puede verse en la reducción de la tasa de pobreza y en el aumento del Índice de Desarrollo Humano.
Para dar continuidad a estos esfuerzos, en septiembre de 2015 se adoptó en la Cumbre de las Naciones Unidas “la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, que establece “los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)” como directrices para hacer realidad una sociedad sostenible. Si bien los ODS se esfuerzan por resolver las cuestiones pendientes de los ODM, estos también abogan por tomar medidas para abordar nuevos problemas que no estaban contemplados en los ODM, como la economía y el empleo, el aumento de las disparidades, el cambio climático y los desastres naturales.
Mientras tanto, el Objetivo 17 de los ODS y la Agenda de Acción de Addis Abeba (AAAA), que establecen los medios para alcanzar “la Agenda 2030”, también exigen acciones por parte de todos los países, no solo los países en desarrollo, sino también los desarrollados, y hacen hincapié en la importancia de la cooperación de todas las partes implicadas, con el telón de fondo del creciente papel de las compañías privadas y la sociedad civil.
Se calcula que el mundo en desarrollo necesitará billones de dólares anuales para alcanzar los ODS, que también abarcan cuestiones nuevas y emergentes, como el cambio climático. A medida que el porcentaje de la AOD en el total de los flujos financieros destinados a los países en desarrollo disminuye en términos relativos, es cada vez más importante movilizar y aumentar sus propios recursos internos, así como diversos recursos externos, incluida la inversión privada con fines de desarrollo, maximizando el papel catalizador de la AOD. Por primera vez en cuarenta años, el Comité de Asistencia al Desarrollo de la OCDE (OCDE/CAD) está debatiendo cómo modernizar sus metodologías para captar mejor los distintos tipos de financiación para el desarrollo.
En cuanto a la búsqueda de la eficacia de la ayuda iniciada a principios de la década de los 2000, se creó la Alianza Global para la Cooperación Eficaz al Desarrollo (AGCED) en el Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Efectividad de la Ayuda celebrado en Busán,República de Corea, en 2011. Las conversaciones continúan centrándose en potenciar los efectos de una cooperación para el desarrollo de forma aún más amplia con la participación de la sociedad civil, el sector privado y la cooperación Sur-Sur.
Resulta esencial dar seguimiento constante a las tendencias o cambios en el panorama global del desarrollo, así como fortalecer su capacidad para hacer oír su voz y contribuir a los debates internacionales. Además, deben redoblarse los esfuerzos para promover la colaboración sobre el terreno con otros socios para el desarrollo.
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